sábado, 30 de marzo de 2013

Glad Påsk!

Recién llegados a Suecia, no estamos en situación de hacer elaboradas disertaciones sobre las tradiciones de la Semana Santa por esta zona. Así que lo que aquí mostramos no es más que lo que hemos observado, experimentado, fotografiado, intuido o leído.

Aquí, como en otros países de Europa, la Semana Santa trae consigo algunos días festivos. En este caso, el Viernes Santo y el Lunes de Pascua.

La Pascua tiene, en Suecia, colores alegres y luminosos: verde, amarillo, naranja... Es como si fuese el pistoletazo de salida de la primera.

Las ramas de abedul, que simbolizan la pasión de Cristo, se adornan hoy en día con plumas de colores y se usan como decoración de casas, calles y lugares públicos.









En Norrköping parece que este año han dado una vuelta de tuerca a la ornamentación clásica y han colocado en distintas plazas de la ciudad estos enormes pollos hechos a base de ramas secas y plumas.









En los escaparates de muchas tiendas aparecen todo tipo de accesorios para decorar, presentar y rellenar los huevos de pascua. Son muy comunes unos huevos de cartón, en varios tamaños y abiertos en dos mitades. En su interior se ponen dulces y otros pequeños obsequios y, a continuación, se cierran y se adornan para regalar.

Es típico organizar entre los niños "búsquedas del tesoro", en las que se afanan por encontrar los huevos escondidos para hacerse con su preciado contenido.

Otra costumbre relacionada con los más pequeños, y que ayer nos sorprendió directamente a la puerta de nuestra casa, es la que hace referencia a la leyenda de las brujas de  Blåkulla. Cuenta la tradición que, cada Viernes Santo, las brujas se reunían con el diablo en un lugar llamando Blåkulla  al que sólo se podía acceder volando en escoba. Actualmente, el viernes anterior a Pascua, los niños se disfrazan de unas peculiares brujas, con pañuelos en la cabeza, y pecas y grandes coloretes rojos en la cara, y van llamando a las puertas de las casas. Equipados con cestas de mimbre, regalan dibujos hechos por ellos mismos y, a cambio, reciben caramelos.

Dicen (aunque esto no hemos tenido ocasión de contrastarlo), que la Pascua es una fiesta de comidas y cenas a familiares, con manjares tradicionales, y, a poder ser, en el campo. Si es así, quizá debamos ir preparando nuestra propia comida especial...


viernes, 29 de marzo de 2013

Primeras pinceladas sobre Norrköping

Aunque aún no hemos tenido demasiado tiempo para hacer turismo propiamente dicho, el tiempo soleado de estos días nos ha permitido darnos algún que otro paseo y aprovechar la estupenda luz para hacer algunas fotos.

Las dos primeras corresponden a un par de edificios históricos de la avenida Södra Promenaden.

El centro de Norrköping es una cuadrícula flanqueada por cuatro avenidas principales, amplias y arboladas, con espacio para el tráfico, los peatones y las bicicletas. Nuestra casa está frente a la intersección de dos de estas avenidas: la Södra Promenaden y la Östra Promenaden. A menudo utilizamos estas calles para movernos de un sitio a otro. Por una parte, porque es muy agradable caminar por ellas y, por otra, por una cuestión práctica: es una manera sencilla de no perder la orientación ahora que acabamos de llegar.

























Las siguientes fotografías son de la que, podríamos decir, es la parte más característica de Norrköping: su antigua zona industrial.

Norrköping llegó a ser la segunda ciudad con más habitantes de Suecia gracias a una boyante economía sustentada en un gran número de fábricas (de papel, armas, textiles...) así como en su astillero. Las factorías se situaban a ambas orillas del río Motala, del que extraían la energía necesaria para su funcionamiento.

Debido, en parte, a la competencia exterior, un buen número de estas fábricas han ido abandonando su actividad desde los años 60. Hoy en día, sigue existiendo industria textil y química, así como fábricas de muebles, papel o material eléctrico, pero la economía se ha diversificado también hacia otros campos como el cultural o el tecnológico.

El entorno del río Motala ha sido recuperado y los viejos edificios  de las fábricas han sido rehabilitados para otros usos (Museo del Trabajo, instalaciones de la Universidad, Auditorio de la Orquesta Sinfónica de Norrköping, etc.)







 






Y entre col y col, una lechuga. O lo que es lo mismo, entre papeleo y paseo, un refrigerio.



miércoles, 27 de marzo de 2013

Uno, dos, tres... ¿cuatro?

Algún día podríamos hablar de todo el lío de "agentes" que nos están echando una mano con la migración, pero para hoy, baste decir que nuestro piso lo alquiló un agente desde Estocolmo, que no pudimos ver fotos de cómo era más allá de darnos un paseo por la zona con el Street View, y que para colmo, nos coincidía llegar a Norrköping en fin de semana, con lo que las llaves las tuvo que recoger unos días antes nuestro amigo Manu, recién instalado en Linköping. Total, que no teníamos ni idea de lo que nos íbamos a encontrar al llegar.

Cuando aparcamos el coche frente al portal se notaba algo de tensión. Era el momento de descubrir en dónde nos estábamos metiendo. Después de jugar un poco con las llaves, pasamos el portal y entramos en el ascensor. Según la dirección que nos habían dado, nuestro apartamento era un cuarto piso, así que pulsamos el botón del cuatro y en un momento aparecimos en una planta con dos puertas: en una rezaba el nombre de "Ali Mustafá", o algo muy parecido, y la otra no tenía nombre. No vimos número de apartamento por ningún sitio, así que nos miramos, nos encogimos de hombros como diciendo "venga va, en esta", y allá metimos la llave a ver qué pasaba. ¿Y qué pasó? Pues que ninguna llave abría la puerta, y que afortunadamente tampoco salió ningún vikingo mosqueado a ver quién intentaba entrar en su casa a las tantas de la noche.

No salió el vikingo, y pensamos que era mejor no jugársela a que saliera el moro. Afortunadamente, oímos ruido en la planta de abajo y allá fuimos a preguntar a ver si alguien nos podía echar una mano. Y efectivamente, el vecino no sólo había visto mi nombre en una puerta, ¡sino que además sabía dóde estaba! 

Resulta que para llegar al que llaman cuarto piso, en el ascensor hay que pulsar el tres, no el cuatro. ¿Comorl? Pues sí, así es. Pero es que ya no era la primera vez que algo así nos ocurría en los últimos días. Ya nos había pasado en el hotel de Odense en Dinamarca, en el que para bajar a recepción, que estaba a nivel de calle, es decir, lo que viene a ser en el suelo, ¡había que darle al dos! A mi que me lo expliquen...

martes, 26 de marzo de 2013

Bienvenido pionono

Como en los blogs chachis* y modernos, hemos decidido que aquí también puede haber sitio para colaboraciones, entrevistas, opiniones y otros aderezos. Así que desde ya mismo, Antón queda fichado con perfil propio como editor de "Con la música a otra parte".

Puesto que esta es una aventura para dos, inicialmente habíamos pensado escribir las entradas uno u otro indistintamente bajo el mismo nombre de usuario. Pero hoy, que Antón se disponía a publicar su primer post, hemos comprobado que nuestros estilos son muy distintos y que esto puede llevar a confusión al lector.

Antón ha considerado que, habiéndome identificado yo con un popover, él no podía ser menos que un pionono... en fin, cada uno que haga las evaluaciones psicológicas que considere oportunas.


* Desde que hemos empezado con el blog, consulto más que nunca el diccionario de la RAE y, de vez en cuando, quedo maravillada al comprobar que palabras como "chachi" existen oficialmente.

lunes, 25 de marzo de 2013

Odense, los puentes... y por fin Norrköping

Odense es la tercera ciudad más grande de Dinamarca, con unos 180.000 habitantes.

El escritor de cuentos Hans Christian Andersen, nacido en Odense en 1805 y autor, entre otros, de "El patito feo", "El traje nuevo del emperador", "La sirenita" o el "Soldadito de plomo", está presente en muchos rincones de la ciudad.



Uno de los lugares con más encanto es el pequeño casco antiguo recuperado con sus calles empedradas y sus diminutas casitas de colores.




En muchas de estas casas hay al menos una ventana equipada con un curioso dispositivo, formado por espejos, que permite a los habitantes de la casa poder ver qué ocurre en el exterior sin necesidad de asomarse (son los artefactos de color negro que se aprecian en las ventanas del primer piso de algunas de las viviendas en la siguiente fotografía):






En las inmediaciones del casco antiguo se instaló desde bien temprano (antes de las siete) un mercado (suponemos que tendrá lugar todos los sábados). A él acudían multitud de lugareños convenientemente abrigados a comprar frutas, verduras, quesos, panes y bulbos de tulipanes.





Hubo en el pasado en Odense un asentamiento vikingo del que hoy sólo queda una reseña en una placa en el lugar donde se encontraba.


Y tras la visita a Odense, reanudamos nuestro viaje para experimentar el espectáculo de cruzar los puentes de Storebæltsforbindelsen y Oresund.

El primero de ellos, une las islas danesas de Fyn y Sjælland.





















El segundo conecta la capital danesa, Copenhague, con la ciudad sueca de Malmö.



Y como colofón a una estupenda jornada, ya al anochecer... tachán, tachán... ¡llegamos a Norrköping!

Soy consciente de que este sería un post redondo si ahora contase detalladamente nuestras primeras impresiones o las anécdotas de la llegada (que las hubo). 

Pero eso vendrá próximamente. Vamos a decir que es para darle emoción y no porque hoy estemos taaaaaaaaaaaaaaaan cansados que ya no somos capaces de conjugar un solo verbo más. Ha sido un día largo localizando los sitios claves de la ciudad, comprando suministros básicos de la casa y despensa (que no es trivial, estando todo en sueco), haciéndonos con una conexión a internet y un número de teléfono de aquí... Y además, he corrido 25 km mientras Antón, por su parte, se peleaba por descifrar las indicaciones del parquímetro y rastreaba los sótanos en busca de nuestro trastero, la lavandería y el aparcamiento de bicicletas.




sábado, 23 de marzo de 2013

Münster - Odense

Una etapa más que nos sitúa ya a tan sólo 600 km de nuestro destino final: Norrköping.

Salimos alrededor del mediodía de Münster y continuamos atravesando Alemania camino de Dinamarca.

A nuestro paso por Hamburgo, desde la autopista, pudimos ver las gigantescas grúas del puerto y un intrincado y caótico conjunto de fábricas, líneas de alta tensión, carreteras y túneles.



La temperatura media continuó descendiendo a medida que avanzábamos y los paisajes nevados se fueron haciendo cada vez más frecuentes, hasta convertirse en los únicos existentes.



Ya en territorio danés, cruzamos el primero (y más pequeño) de los tres grandes puentes que tenemos que atravesar para alcanzar la península escandinava: el que une la isla de Fyn a tierra.
Es en esta isla donde se encuentra la ciudad de Odense, cuna del escritor Hans Christian Andersen, y en la cual hemos pasado la noche.

viernes, 22 de marzo de 2013

Münster en fotos

Una ciudad preciosa que, sin duda, merece una visita. A pesar del frío y del día gris, tanto a Antón como a mí, nos quedó la impresión de ser uno de estos lugares en el que podríamos vivir la mar de contentos.

La zona de Prinzipalmarkt, con sus casas nobiliarias medievales y sus soportales, es el corazón histórico de la ciudad hanseática. De los dos edificios más altos con pináculos en la parte superior que se ven al lado derecho, el del fondo, es el ayuntamiento, donde en 1648 se firmó la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta Años.





Otra vista de Prinzipalmarkt, con la iglesia de San Lamberto al fondo.


Marienplatz...


Dicen que es la ciudad europea con más bicicletas por habitante.




Tienen un museo dedicado en exclusiva a la obra gráfica de Picasso.











 
Y un buen número de panaderías con especialidades tan suculentas como las de este escaparate. Una tentación insoportable para una aprendiz de panadera de buen diente como yo :)

La catedral de San Pablo y la Domplatz...





























Y un par de fotos más de las espectaculares fachadas medievales.






¿Alguna idea sobre qué pueden querer decir estas señales en el centro de una apacible ciudad como Münster?

Dijon - Münster

Ayer dejamos atrás tierras francesas, atravesamos Luxemburgo y nos adentramos en Alemania en dirección a Hamburgo. Pasamos por Köln y Dortmund y finalmente alcanzamos nuestro objetivo del día: Münster.

Conforme avanzaba el día notábamos la evolución en el paisaje: de los extensos campos verdes de Borgoña o Lorraine, a un terreno mucho más accidentado y con densos bosques de abetos. El descenso en la temperatura también fue considerable, de los 10 grados de media al comienzo del día a temperaturas alrededor de 0 y nieve por la tarde. En definitiva, lo que significa ir hacia el norte.

Como nos gustó el plan de ayer de darnos un paseo antes de subirnos al coche para una jornada de carretera, hoy seguiremos la misma estrategia. Primero, pequeña visita turística por Münster, y ya después, rumbo a Odense (Dinamarca).