domingo, 3 de noviembre de 2013

Todos los Santos: costumbres de allí, aquí

Hoy cambiamos el punto de vista para escribir sobre una costumbre de ahí que reproducimos aquí.

Porque hay en esta casa un individuo que es como Triki, el Monstruo de las Galletas, pero en versión huesitos de santo. Individuo que, dicho sea de paso, acabó el pobre juntándose con la psicópata de las milhojas de crema (aunque esta es otra historia diferente que tendrá que quedar para mejor ocasión).

Durante los nueve años que vivimos en Madrid, puntualmente por estas fechas recibíamos en casa una caja enviada desde Coruña con un surtido de huesitos de santo de varios sabores. ¿Por qué desde tan lejos? ¿Es que no hay pastelerías suficientes en Madrid donde adquirir estos dulces? (se preguntará alguno). Sí, pero no. Porque nuestro Triki en cuestión nos ha salido, además de goloso, un tanto sibarita y para él, los huesitos, son los de Hildita (un clásico entre las confiterías coruñesas). Ni que decir tiene que el contenido del susodicho paquete duraba un suspiro. 

Este año, con un poco más de tierra de por medio, la influencia de Hildita no nos alcanza. Así que, no dispuestos a renunciar a tan sabrosa manera de comenzar el mes de noviembre, no nos ha quedado más remedio que pasar a la acción. Hemos desempolvado el libro "Confitería y Repostería" de la Marquesa de Parabere, (en cuyas recetas, escritas al modo de los años treinta, se pueden encontrar joyas de la redacción como: "estírese la pasta con el rollo hasta dejarla del grueso del canto de un duro") y, siguiendo sus sabios consejos, hemos llegado al siguiente resultado:


A la vista está que los nuestros son mucho más irregulares y toscos que los comprados, sin embargo, en cuanto a sabor y textura no desmerecen en absoluto. Con decir que los de las foto no eran todos y a estas horas ya no quedan ni las migas...






No hay comentarios:

Publicar un comentario